sábado, 25 de junio de 2011

Parto Humanizado

¿A qué nos referimos cuando hablamos de Parto Humanizado y/o Respetado?

Nos referimos simplemente a un parto en el cual:
·         La mujer es considerada como lo que es, la protagonista de este maravilloso proceso en que un hijo/a llega a integrar una familia.
·         La madre y su pareja reciben  información oportuna, clara, objetiva y con respaldo científico , sobre el proceso de embarazo, parto y postparto, así como la enseñanza de herramientas útiles que podrá utilizar durante el desarrollo de su parto, todo lo cual los capacitará para elegir la forma en que quieren traer al mundo a su hijo.
·         La pareja tiene fácil acceso a un directorio profesional e institucional que le de las alternativas necesarias para SUS ELECCIONES de parto.
·         La madre puede contar en todo momento, con la compañía de una persona de su elección y que esta no sea demorada por ningún motivo.
·         Favorecer el apoyo continuo y personalizado de la parturienta tiene el potencial de limitar la “cascada de intervenciones” (en donde un procedimiento involucra una serie de co-intervenciones) y de generar muchos efectos benéficos inexistentes en el modelo de atención habitual. EJEMPLO: Si el apoyo continuo permite reducir el uso de analgesia epidural, esto a su vez puede implicar una reducción en el uso de monitoreo electrónico fetal, goteo intravenoso, uso de oxitocina exógena, fármacos para tratar la hipotensión, cateterismo vesical, extracción con fórceps, episiotomía y menos morbilidad asociada,  y permite facilitar la libre movilidad durante el T. de P. y el parto espontáneo (Caton 2002).
·         Las necesidades especiales de cada mujer y su pareja son consideradas y respetadas y se le permite a la madre deambular, comer, ingerir líquidos y elegir libremente las posiciones en que desea transitar su trabajo de parto y parto, sin ser obligada a estar en la posición acostada o de litotomía.
·         No se realizan intervenciones rutinarias por demás obsoletas y sin base científica que las justifique, como rasurado pubo-perineal, enema evacuante, monitoreo continuo, instalación de vía venosa desde el ingreso a la unidad de labor, conducción y/o aceleración oxitócica, amniocentesis, episiotomía rutinaria, anestesia regional de rutina, expulsivo en posición de litotomía, pujo y alumbramiento dirigido, pinzamiento y corte precoz de cordón entre otros. Además, todas estas prácticas a la luz de una evaluación crítica, resultan ser físicamente abusivas, cayendo dentro de la definición de violencia hacia la mujer.
·         Se favorece y estimula el uso de medidas no farmacológicas para el manejo del dolor, por su comprobada eficacia en la satisfacción integral de las necesidades (físicas, emocionales y psicológicas) de la embarazada.
·         Se siguen las recomendaciones de la OMS para la atención del parto y el uso racional de la tecnología,
·         Madres, padres e hijos, cuentan con la intimidad que necesitan para iniciar su familia,
·         Se considera el parto como un evento natural, fisiológico y sexual, en que se otorga a la madre y su pareja lo necesario para no atentar contra su integridad física, ni su pudor,
·         Lo fundamental es mantener un ambiente adecuado y agradable para el bebé y no para quienes asisten a la madre, es decir, en donde se mantenga una temperatura cercana a los 26°C, con luz tenue y en que se evite hacer ruidos molestos, dentro de otras cosas,
·         La alta tecnología está disponible pero no es utilizada innecesariamente, pues no existe evidencia científica que respalde su utilización en embarazos y partos de bajo riesgo que progresan de forma normal.
·         Madre e hijo permanecen juntos, sin necesidad de ser separados para realizar la evaluación del recién nacido, si este se encuentra en buenas condiciones y en que la lactancia precoz, es favorecida y facilitada por todo el personal, incluso dentro de la misma sala de partos.
·         Los profesionales están conscientes del honor que reciben al ser parte del nacimiento de un niño/a  y  por lo mismo, mantienen una conducta expectante sin intervenir, salvo que la situación lo requiera, respetando en todo momento la autonomía de la mujer y evitando realizar cualquier procedimiento que pudiese resultar lesivo para la mujer y su hijo.
En resumen aquel parto en que madres y  padres con base en la información que reciben, pueden responsablemente, elegir la forma en que quieren que sus hijos nazcan y que cuenten con el apoyo de profesionales y centros asistenciales, en el que sus necesidades individuales sean consideradas y resueltas y en que la estrecha relación que madre e hijo han mantenido durante el periodo de la gestación, continúe y se mantenga una vez que ha nacido el bebé, pues el contacto inmediato piel con piel entre madre e hijo es vital e insustituible.
 Parto Libre A.C.

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